En tierras segovianas, entre las localidades de
Peñarrubias de Pirón y Torreiglesias, a orillas del rio Pirón y en la entrada
del cañón que se forma en la confluencia de este río con su afluente el rio
Viejo, se encuentra el despoblado de Covatillas.
Para llegar nosotros elegimos el camino
que parte de Peñarrubias de Pirón y que discurre paralelo al río Pirón. También
se puede llegar desde Torreiglesias. Peñarrubias se encuentra a 100 km de Madrid y a 24 km al norte de Soria. Al pueblo se accede por la carretera SG-V-2224 tomando el desvío desde la CL- 603. Una vez que hemos llegado al pueblo tomamos el camino que sale junto
al puente y que discurre por la margen izquierda del río. En camino
discurre entre bosques de ribera.
Cuando hayamos recorrido aproximadamente 800 metros
nos encontraremos con el molino de Covatillas, del siglo XIX y que se encuentra
en situación de ruina.
Dejamos atrás el molino y continuamos el camino entre sabinas,
fresnos, encinas y quejigos. Unos cuatrocientos metros más adelante nos
encontramos con el puente de Covatillas.
Cerca del puente, entre nogales, se encuentra la
fuente. Tiene esculpidas cabezas de leones a través
de las que brota el agua y el escudo nobiliario de los marqueses de Covatillas.
En el año 1661 Felipe IV creo este título nobiliario para otorgárselo a Luis
Jerónimo de Contreras y Velázquez de Cuéllar, regidor perpetuo y procurador en
cortes por la ciudad de Segovia, alcalde-corregidor de Madrid y del Consejo de
Hacienda.
Cruzando el puente nos encontramos con los restos del
pueblo, en la actualidad únicamente quedan las ruinas de la casona del marquesado con sus
establos, unas tenadas y un palomar.
Según el diccionario Madoz en el año 1836 contaba con 13 habitantes y sus habitantes se dedicaban a la ganadería y al cultivo de legumbres, trigo, cebada, ciruelas y avellanas. También tiene su leyenda relacionada con uno de los bandoleros más famosos de la sierra de Guadarrama, el tuerto Pirón. Natural de Santo Domingo de Pirón, durante el último tercio del siglo XIX ejerció su profesión por el valle y la sierra de Guadarrama sin que la guardia civil pudiera detenerlo. Fue tal su fama que sobre él se escribieron a su muerte cantares populares. Finalmente fue detenido y encarcelado y murió en prisión en el año 1914.
¡Viva El Tuerto de Pirón!
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