jueves, 22 de octubre de 2015

ESCÓ.


El embalse de Yesa se encuentra en tierras fronterizas de Navarra y Aragón, en la comarca de la Jacetania, a los pies de la sierra de Leyre y del valle del Roncal. Su construcción supuso el abandono de tres pueblos, Escó, Tiermas y Ruesta. Aunque sus cascos urbanos no fueron directamente alcanzados por las aguas del embalse, la desaparición de sus mejores tierras de cultivo motivó su abandono. También supuso el abandono de un valle entero, el de la Gacipollera, que a pesar de encontrarse a 40 km del embalse, fue expropiado por el ICONA para repoblarlo forestalmente y así evitar la excesiva colmatación que se estaba produciendo en el embalse de Yesa por los sedimentos que vertía el río Ijuez. En total mas de 1900 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
 
Desgraciadamente la pesadilla no ha terminado en esta preciosa zona  ya que, en la actualidad, está en marcha un nuevo proyecto para ampliar la capacidad del pantano que se llevará por delante nuevas víctimas, Sigües, Mianos y Artieda.
 
Hoy le dedicamos la entrada a uno de estos pueblos, Escó.  A él se accede a través de la N-240 que une Pamplona y Jaca.
 

 


 
 
 
 
Existen restos que acreditan que Escó ya tenía pobladores en la edad de Bronce. En época romana también acogió una villa de la que se encontraron mosaicos y monedas. Dada su situación se convirtió en tierra de paso llegando a estar habitada por musulmanes y visigodos y, posteriormente, fue plaza de disputa entre el Reino de Navarra y el Reino de Aragón.
 

Según Pascual Madoz en 1845 contaba con 34 casas y 172 habitantes. En el año 1900 estaba habitado por 200 personas, en 1940 por 260 y en 1968 todavía quedaban 78 vecinos. Nunca ha llegado a estar abandonado ya que una familia de ganaderos ha seguido habitando en él. Cuando lo visitamos tuvimos la suerte  de encontrarnos con uno de ellos.
 
 





 

 



Los habitantes de Escó vivían de la agricultura y ganadería. La zona más alta del pueblo se dedicaba a la ganadería, principalmente ovejas,  vacas y algunas yeguas. La  parte  de encima  de la  carretera se dedicaba al cultivo de cereal (principalmente cebada, trigo y avena) y viñas. Las huertas estaban situadas en las  riberas de los ríos Aragón y Esca, eran tierras  muy  ricas que se fertilizaban con las crecidas de los dos  ríos. Se cultivaban principalmente tomates, acelgas, alubias, berzas y patatas.





Uno de los elementos más destacados de Escó es su iglesia, dedicada a la advocación de San Miguel Arcángel, es de origen tardorrománico, probablemente del S. XII aunque sufrió diversas modificaciones en los siglo XIII y XIV.
 
El elemento más antiguo del templo es su ábside circular, está realizado con sillarejo aunque toscamente labrado y consolidado con mampostería. Destaca su torre adosada de aire defensivo y visible desde todo el caserío. En época posterior se adosó al lado sur del templo una capilla lateral y un porche, del que únicamente perdura su arco de acceso. Su interior, desgraciadamente, se encuentra totalmente arruinado.
 


 
 
Fue justo en la iglesia donde nos encontramos a uno de los hermanos que continúan viviendo en Escó, nos liamos a hablar y al final no pudimos fotografiar la iglesia porque se nos echaba la noche encima y no teníamos linterna para volver hasta el coche. Nos estuvo contando que el proyecto de recrecimiento del embalse preveía el desdoblamiento de la N-240 y su nueva ubicación pasaría justo por las naves en las que guarda su ganado. Después de sobrevivir durante tantos años en solitario este nuevo proyecto vuelve a poner en peligro su modo de vida.
 




La construcción del embalse se proyectó en los en los años 20 para trasvasar las aguas del río Aragón para crear regadíos en las Bárdenas Reales. Los trabajos de construcción comenzaron en 1936 aunque tuvieron que interrumpirse durante la guerra civil. El pantano fue finalmente inaugurado en 1959.
 
En 1985 se crea un proyecto para triplicar la capacidad del embalse que pasaría a tener una capacidad de 1525 hm3. Su aplicación supondría la inundación del pueblo de Sigües y de las mejores tierras de cultivo de Artieda y de Mianos, lo que afectaría a 400 personas. Además  supondría la inundación de 22 km del camino de Santiago, patrimonio de la humanidad protegido por la UNESCO. Desde entonces se ha iniciado una serie de acciones judiciales que podéis seguir en la página de las asociación Río Aragón http://www.yesano.com .
 



 



Con la finalidad de recuperar y reconstruir Escó se constituyó el 23 de octubre de 1999 la Asociación pro reconstrucción de Escó. En el año 1366 Escó fue arrasado por las tropas del rey Navarro Carlos II. Pedro IV ordenó en 1369 que todos sus habitantes se trasladasen a Tiermas, sin embargo sus habitantes desobedecieron el mandato y decidieron reconstruir Escó.  Después de más de un siglo de historia esperemos que no se hayan escrito todavía los últimos párrafos de la misma y que, como sus antepasados, los descendientes de Escó consigan revertir la expropiación de sus propiedades y reconstruir el pueblo.
 
Podéis seguir sus actividades en su pagina web http://www.deesco.org .
 
 
 YESA NO
 
 
 
 
 
 
 
 


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