sábado, 14 de noviembre de 2015

MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE LA ARMEDILLA.

 
 
Las ruinas del monasterio de la Armedilla se encuentran al sureste de la provincia de Valladolid, a 3,8 km de la localidad de Cogeces del Monte. Se encuentra a los pies de la carretera VA-203 que une las localidades de Quintanilla de Onésimo y Cogeces del Monte.
 
Como ocurre con la mayoría de comunidades monásticas, sus fundadores eligieron un apartado y fértil valle, en el que podían obtener los materiales que necesitaban para su construcción, fértiles tierras de cultivo y agua en abundancia, fundamental para la subsistencia de los cultivos.

 
 





 
Su construcción comenzó en el S XII, concretamente en el año 1147, por la comunidad de monjes cistercienses. Esta comunidad había comenzado en 1141 la construcción de Santa María la Real en Sacramenia y en 1143 la de Santa María de Valbuena. 
 
Sus orígenes están ligados a la aparición, en una cueva escavada en la roca, de una talla románica de la virgen de la Armedilla. Esta talla se encuentra en la actualidad en la iglesia de Cogeces del Monte. Las primeras reseñas escritas sobre el cenobio no se encuentran hasta dos siglos después, cuando es cedido a los monjes de Mejorada de Olmedo para que refunden sobre el antiguo asentamiento un monasterio Jerónimo.
 



 
 
En el Siglo XV la cueva se convirtió en cripta de una iglesia de planta rectangular que servía para el culto monacal. Al lado se construyó el claustro y alrededor suyo las dependencias monacales.
 
 



 

 
 

 
La iglesia se construyó  entre los años 1511 y 1552 y por tanto tiene una mezcla de dos estilos, gótico tardío y plateresco. La fábrica de la nave de la iglesia se encuentra sin cubrir y tiene planta de cruz latina con una única nave y cabecera de tramo recto y restos de los arranques de los nervios de la bóveda estrellada que la cubría y la espadaña. La portada era de estilo plateresco que se conserva en la Casa de Cervantes de Valladolid.
 



 
 
  
 
 
 
El monasterio tuvo una vida muy activa entre los siglos XV y XIX, realizándose continuas obras y reformas que modificaron su altura y extensión. Se construyó una notable red de abastecimiento de agua a través de atarjeas y canales de barro cocido, que permitía que las celdas dispusieran de agua corriente.
 
A partir de la segunda década del siglo XIX, se inicia con su desamortización un periodo de decadencia, deterioro y abandono, llegando a ser utilizado como cantera.
 
En el año 2006 fue declarado bien de interés cultural con categoría de monumento. A pesar de ello solo se han realizado pequeñas labores de consolidación. Esperemos que esta declaración sirva para evitar su deterioro.
 



 


 
 
 
 
 
 
 

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