PANO.

 

 

Pano se encuentra en el prepirineo  oscense, concretamente en la comarca de la Ribagorza, a la entrada del abrupto y semiabandonado valle de La Fueva. Se encuentra a 90 km de Huesca y a 12 kilómetros de Graus, desde donde se accede tomando la HU-V-6641. Quedó abandonado en los años 60 a consecuencia de la construcción del embalse del El Grado y de la despreocupación de las administraciones por dotar de infraestructuras adecuadas a determinadas zonas del medio rural. 

Sin embargo en la actualidad está en proceso de recuperación gracias a la labor de la Fuandación Pano y de Kurt Fridez, su fundador, que lleva desarrollando desde el año 2002 un proyecto de reconstrucción que pretende devolver la vida a Pano manteniendo su estructura original y respetando el medio ambiente. Aunque ya no esté abandonado hemos querido hacerle un hueco en nuestro blog ya que nos parece un proyecto que merece ser compartido. 

 

 

 

 

 

 

 



Los orígenes de Pano se remontan al siglo VIII, en los que, debido a su particular orografía, fue territorio fronterizo entre los reinos Árabes y cristianos. A comienzos del siglo XI, Sancho el Mayor de Navarra, se hace con el control de los condados del Sobrarbe y la Ribagorza y decide construir un castillo en Pano para asegurar su defensa. Ramiro I, su sucesor, fundó a los pies del castillo el monasterio de San Juan de Pano.

 

Según el diccionario Madoz, en el año 1850 tenía 66 habitantes que se dedicaban principalmente a la agricultura, especialmente al cultivo de trigo, centeno, vino y aceite y a la ganadería.

 



 



 



 



 

En los años 50 el éxodo de Pano aumentó notablemente, carecía de luz, agua corriente y teléfono. Sus habitantes emigraron a otras poblaciones en busca de mejores condiciones de vida, salvo una mujer que resistió en el Pano hasta 1981 en el que, debido a una enfermedad, se vio obligada a trasladarse a Graus. En 1988 Kurt Fridez decidió instalarse en el pueblo y comenzar a reconstruirlo. Desde entonces su trabajo y el de las personas que colaboran desinteresadamente con él en la rehabilitación de Pano se puede apreciar notablemente.

 



 

 

 



 



Pano guarda un joya construida en el siglo XI, la ermita de San Antón, declarada Bien de Interés Cultural y último vestigio de lo que fue el monasterio de San Juan de Pano. Su estilo es románico lombardo, construida en sillarejo apenas trabajado, siendo esa tosquedad uno de los elementos que resalta su belleza.

 

Tiene planta basilical de tres naves, siendo ligeramente más alta la central. La única puerta que no está cegada se encuentra en el muro sur. Cuenta con un doble arco y está cubierta por una bóveda de medio punto. El interior destaca por su planta basilical sustentada por pilares cruciformes.

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pano estuvo habitado desde el siglo IX hasta los años 60. Sus habitantes no lo abandonaron  a pesar de estar situado en zona fronteriza durante muchos años. Únicamente se abandonó cuando no pudo competir con el desarrollo que se produjo en la segunda mitad del siglo XX, con las grandes concentraciones de población en las ciudades. A pesar de ese desarrollo Pano vuelve a tener hoy vida, una vida impulsada por gente que ha acabado abandonando ese desarrollo e intentando demostrar que no es el camino adecuado.

 

Larga vida a Pano.