jueves, 11 de febrero de 2016

LAVELILLA


Si triste es tener que abandonar tu hogar para buscar una vida mejor, más triste es tener que hacerlo obligado por la avaricia de una empresa que pretende transformar el medio natural para obtener beneficios sin importarle que para ello los habitantes de la zona tengan que abandonarlo todo llevándose únicamente sus recuerdos.

Esto es lo que les sucedió a los habitantes de Lavelilla, Jánovas y Lacort, en la ribera del río Ara y a los habitantes del valle de la Solana. Esta parte de  la comarca oscense de la Ribagorza,  vio como sus terrenos eran expropiados contra su voluntad amparándose en un proyecto de supuesta "utilidad pública" que nunca llegó a realizarse y que, afortunadamente debido a la declaración de impacto ambiental negativa realizada en el año 2001, nunca se realizará.  El otro día os contamos la historia de Jánovas  y hoy le dedicaremos la entrada a Lavelilla.   
 











A Lavelilla se accede por la  N-260 que une las localidades de Aínsa y Fiscal, se encuentra en el margen derecho de la carretera si tomamos esta en dirección Fiscal, al poco de rebasar Jánovas.
 
Su vestigio  mas antiguo es la iglesia construida en el siglo XI, dedicada a la advocación de San Pedro ad Vincula. En el siglo XIV se construyó en su entorno un conjunto fortificado formado por una muralla de base rectangular y dos torreones de los cuales únicamente uno de ellos queda en pie en la actualidad.
 
Tiene planta rectangular y tres alturas, ventanales góticos, saeteras y está cubierta por un tejado a dos aguas.
 

 
 
 





Según el diccionario Madoz en el siglo XIX tenía 8 viviendas y 70 habitantes. Su economía se basaba en la agricultura, principalmente legumbres, lino, cáñamo, trigo, vid y patatas, la ganadería y la pesca.
 
Todo cambió a partir del 28 de marzo de 1951, una Orden Ministerial aprobó el "Plan de los aprovechamientos del río Ara y del Cinca", que preveía entre otros proyectos, la construcción de un embalse en el congosto de Jánovas. El proyecto suponía la inundación total de Jánovas, Lacort y Lavelilla. 
 
En el año 1960 se publicó la resolución que contenía la relación de fincas y propietarios expropiados. Las leyes permitían la expropiación de propiedades privadas a favor de una empresa, siempre que se declarase que la obra tuviera un interés público. En el proyecto original, la intención de Iberduero era construir el embalse para la producción eléctrica aunque para lograr la declaración de interés público tuvo que incluir la previsión de trasvasar parte del agua a los Monegros para crear regadíos. Los habitantes de Lavelilla tuvieron entonces que abandonar su hogar y sus tierras.
 
 










 
La iglesia parroquial de San Pedro ad Víncula es de origen románico lombardo, probablemente construida en el siglo XI. Tiene una única nave cubierta por una bóveda de medio cañón. La torre se construyó posteriormente, en el siglo XVI, pero desgraciadamente ha desaparecido hace tiempo.
 
 
Está levantada en sillarejo y mampostería. Su única nave es rectangular, dividida en dos tramos, con cabecera semicircular orientada al este y presbiterio. En el siglo XVI se incorporaron dos capillas laterales que le aportan planta de cruz. Desgraciadamente se ha desplomado su cubierta y la cabecera, y el resto esta cubierto de vegetación tierra y escombros.
 

 







 



 
 
Durante cuatro décadas Iberduero, ahora  Iberdrola, se dedicó a dilatar la construcción del embalse hasta que, con la entrada en vigor de la normativa europea sobre medio ambiente, se vieron obligados a realizar un estudio de impacto ambiental en el año 2001. Para que se lograra hicieron falta muchas movilizaciones sociales, demandas judiciales y acciones ecologistas. El informe de impacto fue negativo, desestimando la construcción del embalse, sin embargo su construcción no fue oficialmente desestimada hasta 2005.
 
En 2008 el Ministerio de Medio Ambiente hizo pública la extinción de las concesiones de construcción abriendo con ello la posibilidad de solicitar a los antiguos propietarios la posibilidad de solicitar la reversión de sus propiedades. La ley establece la obligación de revertir la tierras expropiadas a sus propietarios originales si finalmente el proyecto por el que fueron expropiadas no puede llevarse a cabo. Si bien Jánovas parece que puede volver a recobrar su vida porque sus antiguos habitantes han solicitado la reversión de sus propiedades, no parece que Lavelilla vaya a correr la misma suerte.
 

 
 
 

 
Anochece en Lavelilla, esperemos que no sea una noche eterna y algún día vuelva a tener un hermoso amanecer y aquello que fue expropiado por la codicia pueda volver a resurgir.
 
 

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