Hoy le dedicamos la entrada a un pueblo que no está exactamente "abandonado". Rodén el viejo fue destruido por la Guerra Civil pero a sus pies surgió el pueblo nuevo. Sus restos se alzan en lo alto de una colina como símbolo de la destrucción que supone una guerra civil para un país.
Se encuentra en la comarca de Zaragoza, en el centro de la provincia, a 3 kilómetros de Fuentes de Ebro y a 27 kilómetros de la capital. A él se accede a través de la carretera ZP- 1127.
Rodén el Viejo se asentaba en lo alto de una colina en la margen derecha de la vega del río Ginel, cuyas aguas servían para regar una rica huerta. En los alrededores existían buenas canteras de alabastro que sirvieron de materia prima para la construcción de sus casas.
Estuvo habitado ya en tiempo de los iberos como atestiguan los restos de un poblado existente en el "Cabecico de la Horca". Posteriormente pasó a formar parte del territorio morisco y después fue reconquistado perteneciendo en 1291 a Pedro Jordán de la Peña, señor de Arenós. Posteriormente pasó a pertenecer al señorío del Arzobispo de Zaragoza.
Según el diccionario Madoz en 1835 contaba con 83 casas y sus habitantes vivían de la agricultura de secano, especialmente trigo, cebada, avena, maíz, vid, olivo y de los productos de la huerta, especialmente patatas, habas y venturas. También existía ganadería lanar.
La iglesia parroquial de Rodén el viejo está dedicada a la advocación de San Martín. Resulta difícil precisar el periodo exacto de sus construcción al haber perdido totalmente su cubierta y al carecer de archivos parroquiales que aporten algún dato relativo a su construcción.
Está construida en mampostería reforzándose los arcos, puertas y ventanas con ladrillo. Tiene una sola nave que finaliza en una ábside poligonal de cinco lados. Su hoy desaparecida bóbeda seguramente debió tener forma de estrellada.
La torre es totalmente lisa y de planta cuadrangular. La portada está realizada en ladrillo con un arco apuntado sobre otro rebajado en degradación y apoyados en pilastras.
En el año 1937 el ejército republicano ve como cae Vizcaya en el Frente del Norte a pesar de la ofensiva que se lanza contra la ciudad de Huesca como maniobra de distracción. Cuando las tropas nacionales se dirigen a tomar Cantabria la República decide lanzar una nueva ofensiva en el frente de Aragón que tiene como objetivo la toma de Zaragoza y así forzar el desplazamiento de tropas nacionales desde el frente del norte.
Pare ello se crea el denominado "Ejército del Este" formado por alguna de las mejores divisiones republicanas y que contaban con el apoyo de las Brigadas Internacionales. Al amanecer del 24 de agosto se inició la ofensiva. En su avance para tomar la localidad de Fuentes de Ebro las tropas republicanas tomaron la localidad de Rodén.
Tras el envío de fuerzas refuerzos por parte del bando nacional a la localidad de Fuentes de Ebro, la ofensiva sobre Zaragoza se detiene y el ejército republicano pasa a estabilizar el frente y fortificarse. En este ámbito se produce la destrucción de Rodén. La necesidad de construir fortificaciones y trincheras para reforzar la línea defensiva republicana motiva que las casas sean desmontadas para utilizar sus materiales en su construcción.
Unos pocos meses después los nacionales retomaron el control de la zona y los habitantes de Rodén regresaron. No encontraron más que unas pocas casas en pie que no servían para albergar a sus habitantes. Al finalizar la guerra el organismo de Regiones Devastadas decidió construir un nuevo pueblo en lugar de rehabilitarlo.
Hoy en día sólo quedan en pie los muros de la iglesia y algunos muros de las casas. Su destrucción no se debió a los efectos de los bombardeos ni del combate. Sus materiales tampoco sirvieron al ejército republicano para mantener sus posiciones. Los habitantes de Rodén perdieron sus casas y el ejército republicano la guerra. Nadie ganó en esta tierra.
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