domingo, 23 de octubre de 2016

LÚSERA.


Lúsera es un despoblado enclavado en el valle de Nocito, un recóndito y hermoso valle situado en la ladera norte del Tozal de Guara al que se accede a través de una pista asfaltada que parte de la población de Arguis y que durante 20 km recorre el valle. El despoblado se encuentra aproximadamente a ocho kilómetros de Belsué y tendremos que desviarnos en un cartel informativo que encontramos una vez superado el embalse para tomar una pista en el lado izquierdo que en 1,5 km nos lleva hasta el pueblo. El despoblado se encuentra  sobre un risco que domina gran parte del valle y embalse.




 
 
 
 
 
Sus orígenes se remontan a épocas romanas o arábes como atestigua un pozo fuente cubierto con un arco de bóveda de piedra que se encontraba en uso en siglo XIV. Las primeras referencias documentales sobre la existencia de Lúsera son del siglo XIII. Sus edificios están construidos sobre un acantilado que le ofrece una posición dominante sobre el río Flumen, que permite intuir el origen defensivo que debió tener la población.
 

Según el Diccionario Madoz en 1845 contaba con 7 casas y 37 habitantes. Su emplazamiento le permitía combatir los vientos del norte a pesar de lo cual su clima era bastante frío. El terreno es de mediana calidad y casi todo de secano, en el cual sus habitantes cultivaban trigo, avena, lino, cáñamo y algunas legumbres. También había pequeños huertos que se regaban con las aguas de los barrancas que rodean el despoblado. Sus habitantes también se dedicaban a la ganadería, especialmente cabras y ovejas y obtenían alimento de la abundante caza principalmente conejos y perdices. Se comunicaba a través de caminos de herradura, el principal de ellos unía la localidad con Huesca atravesando los valles del Serrablo y Broto.
 





  

Las edificaciones están realizadas en sillarejo y lajas de piedra y tienen las características propias de las construcciones de las zonas de montaña. Algunas de ellas tienen un zaguán cubierto con bóveda de cañón formado por lajas. Los tabiques de separación son de maderas que sostienen el tapial. El pueblo se distribuye a los lados de una calle estrecha que recorre la loma sobre la que está asentado, y en su vertiente sur cuatro casas de agrupan alrededor de la iglesia al borde de un precipicio. 
 





 
 

Una de las construcciones más destacadas de Lúsera es la iglesia parroquial dedicada a la advocación de San Miguel Arcángel. Su construcción es de finales del siglo XVII y está situada en la parte sur de la población, al borde de un precipicio. Está edificada en sillarejo con tejado de losa y cuenta con una única nave de tres tramos cubiertos con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones sustentados en pilastras. 
 
La sacristía está cubierta con bóveda de arista con el coro situado en alto a sus pies. La entrada se realiza a través de un arco de medio punto y está protegida por un pórtico de lunetos. Posee un retablo de inspiración barroca y la pila bautismal es de piedra con forma de copa toscamente labrada. La torre es de un solo cuerpo construido en sillarejo. 







Los pueblos de la montaña aragonesa sufrieron los efectos de la despoblación motivada por el declive de la ganadería trashumante debido a la roturación y el cultivo de grandes extensiones de terreno en el llano y la disminución de la importancia de la lana provocada por el desarrollo de la industria textil del algodón. La construcción de embalses y la política de repoblación forestal también contribuyó a la decadencia del modo de vida tradicional de los montañeses.
 
En el caso Lúsera, se fue despoblando progresivamente en la segunda mitad del siglo XX, quedando despoblado definitivamente el 17 de enero de 1968 cuando su último habitante abandonó el pueblo. Sus habitantes han conservado su propiedad y alguno de ellos están rehabilitando sus casas para utilizarlas como segunda residencia.
 




 

 







 

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