Los restos del despoblado de Montfalcó se encuentran en la sierra del Montsec, en la parte este de la oscense comarca de la Ribagorza. en la que el Noguera Ribargozana sirve de frontera natural con Lleida, remansado en el embalse de Canelles.
Para acceder a él deberemos tomar una pista de tierra bien señalizada que parte desde Viacamp y que tras recorrer 15 kilómetros y superar el también despoblado de L´estall, el cual os hemos presentado en otra ocasión, nos lleva hasta Montfalco.
Esta abrupta y hermosa parte de la Ribagorza ha sufrido notablemente en sus carnes el fenómeno de la despoblación. La construcción del embalse de Canelles provocó la despoblación de Caserras del Castillo, Fet y L´estall, los cuales os hemos mostrado en entradas anteriores, y también de Finestras,Blancafort y Soriana.
La impresionante imagen que hoy nos ofrece el embalse hizo pagar un elevado precio a los habitantes de las poblaciones de la zona, que vieron desaparecer su modo de vida y tuvieron que abandonar sus hogares.
En su época de máxima expansión, en los años 50, llegó a contar con 63 habitantes. En la actualidad todas sus casas están derruidas salvo una de ellas, casa Batllé que ha sido restaurada y habilitada como albergue. El municipio quedó deshabitado en el año 1960 cuando sus propietarios vendieron sus propiedades y tierras al Patrimonio forestal del estado.
Casas Batlle fue construida en 1850, una vez deshabitado Montfalcó durante años fue utilizada como alojamiento para los trabajadores de minas y aquellos que realizaron trabajos de reforestación de la sierra. En los años noventa calló en el olvido hasta que en año 2002 el gobierno de Aragón inició un plan de recuperación del patrimonio inmobiliario rústico en desuso, que incluyó el acondicionamiento y rehabilitación del edificio para su uso público como albergue. Desde el año 2009 la Federación Aragonesa de Montañismo se ha echo cargo de su gestión.
La ermita de Santa Quiteria fue construida en la cumbre de un cerro que se levanta sobre el embalse de Canelles. Su construcción es de estilo románico ribagorzano. Como otras construcciones de la zona tuvo un origen castrense, formando parte del cinturón defensivo que protegía el sur de la Ribagorza.
Por tres de sus cuatros lados el acceso resulta inaccesible al encontrarse al borde un profundo cortado que cae verticalmente varias decenas de metros al vacío. El único acceso al edificio está situado en el lado norte y al mismo se accede a través de una escalera de madera ya que la puerta está situada a una notable altura debido al carácter defensivo de la edificación. Tiene una única nave de trazado irregular debido a su emplazamiento. Esta dividida en tres tramos mediante fajones dovelados de medio punto que se apoyan en pilastras.
Por tres de sus cuatros lados el acceso resulta inaccesible al encontrarse al borde un profundo cortado que cae verticalmente varias decenas de metros al vacío. El único acceso al edificio está situado en el lado norte y al mismo se accede a través de una escalera de madera ya que la puerta está situada a una notable altura debido al carácter defensivo de la edificación. Tiene una única nave de trazado irregular debido a su emplazamiento. Esta dividida en tres tramos mediante fajones dovelados de medio punto que se apoyan en pilastras.
La nave está cubierta mediante una bóveda de cañón a base de lajas. Cuenta con varios vanos y óculos destacando el ventanal situado en el muro de los pies del templo el de mayor calidad. Por el exterior el conjunto se caracteriza por su tosquedad y por la influencia del estilo lombardo que se extiende por otras partes de la Ribagorza.
Merece la pena acercarse hasta esta remota y solitaria zona de la Ribagorza para observar las impresionantes vista del congosto de Mont-rebei y del embalse de Canelles. Hoy la ermita y el albergue son los únicos testigos de un asentamiento en el que los humanos habitaron durante más de diez siglos y que hoy está sumido en el silencio.
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