VALTRUJAL.

 

 

El valle del Jubera es uno de los mas recónditos y despoblados de La Rioja. Se vertebra en torno al curso del río Jubera, que nace en el monte de La Atalaya cerca de la localidad de La Monjía y desemboca en el río Leza, en Murillo del río Leza. En este agreste y hermoso valle que el río ha formado entre montañas escarpadas pobladas de pastizales, jarales y rebollares se encuentra el despoblado de Valtrujal.

 

El despoblado se asienta en la ladera del barranco de Arrejalón, en la parte derecha del valle, a 883 metros de altura. A él se accede por la LR-261 tomando el desvío que lleva a la localidad de San Vicente de Robres, en cuyo término municipal se han encontrado mas de 106 icnitas.



 

 

 

 

Para acceder al despoblado desde la carretera hay que tomar un camino que parte de una curva de la carretera en la que hay un pequeño corral, donde ganaderos del cercano San Vicente guardan su ganado. El pueblo está divido en dos barrios claramente diferenciados que se encuentran aproximadamente a 200 metros uno del otro.

 

Según relata Madoz en su Diccionario estadístico e histórico de los pueblos de España de 1845 contaba con 9 casa y 31 habitantes que se dedicaban principalmente a la ganadería y al cultivo de patatas y cereales.

 

 



 

 

La iglesia de Valtrujal se encuentra en la parte baja del pueblo, en el barrio más cercano a San Vicente de Robres. Su advocación está dedicada a Santa Ana. Su construcción data del siglo XVI, reformada posteriormente probablemente en el siglo XVIII. Consta de una sola nave de tres tramos construida en mampostería y sillarejo. La espadaña se  levanta a los pies de la nave encima del muro oeste y tiene dos vanos de medio punto. En la actualidad resulta imposible acceder a su interior ya que las zarzas ocupan totalmente la entrada. 



 



 



 

 

 

 

 Hoy en día el ganado es el único ser vivo que habita en Valtrujal, vacas y caballos recorren sus calles y el interior de sus casas. Damos buena fe de ello, de repente una vaca salió al trote de una de las casas y acabamos aterrizando sobre unas zarzas para esquivarla. Algunas calles están prácticamente inaccesibles debido a la maleza, situación que intuimos sería aún peor si no habría ganado.

 

Según nos comentó un ganadero que nos encontramos en el camino de vuelta al coche, la casa que se encuentra en mejor estado es utilizado por la Guardia Civil de montaña para realizar practicas de supervivencia por la zona.