A mas de mil metros de altura en plena meseta castellana, en la soriana comarca del Campo de Gomara, en el valle del río Rituerto, entre extensas tierras de cultivo de cereal, encontramos los restos del despoblado de Boñices.
A pesar de encontrarse cerca de la CL 101 que une Almazán y Agreda, no se puede acceder directamente desde la carretera. Para llegar deberemos tomar una pista de tierra que parte de la SO-P-3106 entre las localidades de Tejado y Castil de Tierra, que en aproximadamente 3 kilómetros llega hasta Boñices.
No hay muchas referencias sobre su fundación. En 1158 aparece ligado al monasterio de Cántabos, cuando Martín Nuñez de Finojosa, hijo del difunto señor de Deza es entregado por su madre al monasterio junto con el señorío de Boñices.
Según relata Pascual Madoz en su diccionario estadístico de 1845 contaba con 7 viviendas y 30 habitantes. Sus habitantes se dedicaban a la agricultura, principalmente al cultivo de trigo y cebada y a la ganadería principalmente bovino. Otra fuente de alimento era la caza principalmente codornices, perdices, conejos y liebres abundantes en la zona. Contaba con una escuela de instrucción primaria en la que había 10 alumnos.
Según describe Faustino Calderón en su imprescindible blog http://lospueblosdeshabitados.blogspot.com.es otra de las actividades a las que se dedicaban los habitantes de Boñices era a la producción de yeso. Este era un material muy utilizado para la construcción en la zona y los habitantes de la comarca se desplazaban hasta Boñices para adquirirlo.
También se desplazaban a venderlo a Tierra de Pinares donde lo intercambiaban por madera ya pueblo carecía de arbolado que permitiera obtenerla. El yeso lo obtenía de las canteras que había en la zona y se preparaba en uno de los cuatro hornos con los que llegó a contar la localidad.
Llegó a contar con luz eléctrica a partir de los años 50 y agua potable en los años 60. Hasta entonces las mujeres del pueblo tenían que desplazarse 2 km para obtenerla.
La iglesia parroquial de Boñices está dedicada a la advocación de San Benito. La nave es de planta rectangular y tiene adosada la sacristía y el cementerio. El campanario es de dos vanos y está coronado por un pináculo con una veleta incrustada.
La puerta de acceso es de arco de medio punto y está flanqueada por dos contrafuertes. En su interior destaca la intensidad de su policromía. En la pared del altar mayor se puede apreciar las huellas del lugar donde se encontraba el retablo. Confrontado al altar se encuentran los restos del coro desde el que se accedía al campanario.
La disminución de la rentabilidad de la venta de yeso y de la actividad agrícola motivó que los habitantes de Boñices fueran abandonando progresivamente el pueblo hasta quedar finalmente deshabitado.
La despoblación es un mal extendido por toda la provincia, que cuenta únicamente con 89.994 habitantes y con una población muy dispersa, ya que únicamente la capital cuenta con más de 20.000 habitantes, otra población supera los 5000 habitantes y solo 6 los 2000 habitantes.
En el caso de la comarca del Campo de Gómara sus efectos son devastadores. Solo existen 5 núcleos de población en toda la comarca que superen los 100 habitantes y ninguno de ellos supera los 300. Su población se ha reducido de 15.245 habitantes en 1.930 a 2.468 en el año 2.011. Si no se toman las medidas adecuadas, en uno años, muchos otros pueblos de la zona se encontrarán deshabitados como Boñices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario