sábado, 16 de septiembre de 2017

SILO DE CEREAL DE LA TABLA.


 

Íbamos camino de Otero de Sariegos con el sol descendiendo a nuestras espaldas y apenas un km despues de tomar la carretera ZA-702 nos topamos con los restos de lo que parecía ser un despoblado. A pesar de no estar en nuestra hoja de ruta, nuestra innata curiosidad casi nos hace detenernos. Como íbamos con el tiempo justo, ya que el aterceder nos pisaba los talones, decidimos aseguar y visitar primero Otero, si después de visitarlo nos quedaba tiempo, como teníamos que volver sobre nuestros pasos para regresar al lago de Sanabria, donde estabamos acampados, aprovecharíamos los últimos rayos de sol para explorarlo.

Después de visitar Otero volvimos sobre nuestros pasos y decidimos visitarlo. Se trataba de La Tabla, un pueblo surgido a finales del XIX con la construcción de una estación de tren en la linea férrea que cubría el trayecto entre Plasencia y Astorga. La carretera cruzaba el pueblo y, a ambos lados de la misma, había varias construcciones abandonadas, pero al ver alguna de ellas que sí estaban habitadas, decidimos centranos en un silo abandonado que se encontraba a las afueras de la población.

 

  

 






El Servicio Nacional de Cereales tienes sus orgígenes en el año 1968 cuando el Servicio Nacional del Trigo pasa a tener esta denominación. En el año 1971 pasaría a denominarse Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA). Surge en el año 1937, durante la guerra civil en el territorio dominado por el bando sublevado, ante la necesidad de controlar el cereal para abastecimiento del ejército y la población que controlaba. 

Su función era controlar la producción y distribución del trigo con una política de precios garantizados para los agricultores que quedaba regulado por un Real Decreto. Para controlar el abastecimiento se crea la red nacional de silos que proyecta la contrucción de silos, almacenes de recepción, almacenes de tránsito y silos portuarios para la exportación. 

 






Los silos tenían una tipología arquitectonica que se caracterizaba por unas considerables proporciones y un aire catedralicio que producía un notable impacto en el país rural. La considerable altura de estas edificaciones venían motivadas por la necesidad de almacenar una importante cantidad de cereal utilizando la menor cantidad de suelo posible. En su interior se almacenaba el grano en celdas rectangulares dispuestas en filas o en retícula. 

El desplazamiento vertical, desde la celda superior a la inferior, se producía por gravedad, mientras que el despalazamiento horizontal se realizaba mediante instalaciones mecánicas. Normalmente estos espacios industriales se componían de un silo propiamente dicho, una nave de almacenaje, una sala de básculas y construcciones auxiliares.








En el caso de La Tabla, el primer almacen de trigo suge en el año 1938, tras la supresión de los almacenes que el Servicio Nacional del Trigo tenía en Tábara y Villafafila. El silo se contruye en los años 1950-60. La construcción de una estación de ferrocarril que cubría la linea Zamora-Astorga motivó que la industria cerealística de la zona se concentrase allí, a pesar de que en año 1896 apenas tuviera 2 familiar de habitantes. 

El ferrocarril trajo el desarrollo a La Tabla intalandose almacenes de materiales de construcción, abonos, licores y carbón que abastecían a los pueblos del entorno. También contó con una escuela, una fábrica de harina y dos cantinas. En el año 1960 llegó a contar con 37 habitantes que se redujeron a 21 en la década de los 70 y a 4 en 1980. 

El cierre de la línea férrea en octubre de 1984 marcó definitivamente la decadencia de Las Tablas.








El Silo de las Tablas, como el numeroso resto de silos existente en Castilla, son monumentales testigos de una actividad económica otrora florecien y en notable regresión en la actualidad. Sus estilizadas siluetas de las llamadas "catedrales del campo" nos muestran un modo de vida en extinción debido a su escasa rentabilidad económica. En tiempos de una diractura centrada en la autarquía, sirvieron para controlar el abastecimiento de cereal, con la entrada de España en la UE y la liberalización del mercado de cereales dejaron de tener utilidad y pasaron a formar parte del paisaje arqueológico industrial.










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